Foto de cartel…yo creo que sí, que se puede justificar esta y miles de otras atrocidades si el dinero, intereses egoístas, avaricia, mafia, comercio, poder y fama están detrás en estas acciones. Tampoco quiero descartar la influencia que puede tener el instinto tanático en este tipo de acciones o episodios destructivos, fomentando un “placer especial” en ver sangre, muerte o exterminio de las cosas.

La foto del cartel de Benidorm habla por sí misma, la sangre borboteando del lomo de este pobre ser viviente al que le tocó esta muerte incomprensible con tortura y espectáculo.

Al ver esta foto, sentí vergüenza y tristeza porque yo también soy un ser humano, es decir, que soy de la misma especie de los que están realizando estas prácticas.

Me entristece ver esta realidad que tenemos "insertada en los huesos", ese cáncer mentiroso, de doble cara, destructivo, de violencia, de indiferencia y de intereses personales exagerados que llevamos todos los humanos.

 

Decía una famosa escritora y filosofa alemana de la cual no recuerdo su nombre en este momento de escribir este artículo: “A un hombre que practica tales atrocidades, no lo quiero para casarme ni aún para pasar 5 minutos con él. Seguramente tiene todos los atributos para ser un maltratador de género también, no quiero que mis futuros hijos con él aprendan a ver normal estas atrocidades

Meditando sobre estas y otras miles de atrocidades que ocurren a cada minuto en el mundo, pensé también en la Teoría de la evolución, una teoría que dice que el ser humano va evolucionando a través de miles o millones de años. Esta teoría predica que la evolución va modelando, perfeccionando, mejorando y civilizando cada vez más al ser humano. De hecho, los representantes de esta teoría, nos presentan el esquema evolutivo de la especie humana, comenzando por una imagen de un ser “medio chimpancé” que va cambiando hasta llegar al homo Sapiens moderno. Pero observando la realidad, creo que la evolución se queda en lo que propagan: una “teoría” no una verdad.

Estos episodios de maltrato animal, la corrupción moral por todos los rincones y en todos los niveles sociales y políticos, degeneraciones, egoísmo exagerado, armamento nuclear, guerras y conflictos religiosos por todo el mundo nos muestran que NO estamos “evolucionando hacia un nuevo ser humano”. La “teoría” de la evolución es para la tecnología, pero aun esta tecnología moderna, en nuestro retroceso evolutivo, la usamos (o usaremos) para autodestruirnos. 

Involucion
Involucion

¿Muchos se preguntarán qué significa Tanatos - Tanático?: Según Sigmung Freud, tenemos algunos instintos en el inconsciente que dominan de forma imperceptible nuestra vida. Uno de estos instintos es el EROS, que Freud lo interpretó como el instinto del amor a la vida: creativo, positivo, productivo, protector, que se goza en ver crecer y construir.

Por otra parte, Freud, habló del instinto del “TANATOS”. De esta palabra viene “Tanatorio” lugar de la muerte. Este instinto inconsciente nos hace sentir placer en hacer sufrir o ver destruir o en autodestruirnos fumando, tomando drogas o haciendo cosas que perjudican nuestra vida, a nivel consciente o inconsciente, etc. Es el instinto de la muerte que nos empuja a sentir una cierta atracción y alegría en destruir, en ver sangre, ver morir o intervenir directamente en ciertas acciones destructivas o sádicas. Es el instinto destructivo por excelencia.

Según Sigmund Freud,  todos los seres humanos llevamos dentro de nosotros estos instintos pero en la medida que el instinto del Eros (vida) o el instinto Tanático (muerte) tengan más peso en la balanza, o prevalezcan en nuestro inconsciente, así nos conduciremos por la vida sin darnos cuenta. Así será nuestro comportamiento, nuestras acciones y nuestra forma de ver e interpretar la vida.

Yo respeto todas las diferentes teorias sobre este aspecto destructivo que nos lleva a sentir placer en romper, hacer sufrir, matar, ver sangre y muerte). Yo privada y personalmente me inclino por la teoría de Sigmung Freud, que dice que en el inconsciente tenemos 2 instintos que luchan entre sí: El de la vida y el de la muerte. Me fascina su teoria, que en el fondo creo que es la verdad de lo que se esconde y mueve de cada uno de nosotros en diferentes intensidades.

 

Tanatos
Tanatos

¿No habéis visto niños, jóvenes o adultos que “inocentemente” les gusta o sienten placer en romper farolas, cabinas de teléfonos o en romper los cristales de una casa abandonada? Placer por destruir…. O más aun, ver un gato por la calle y apedrearlo sintiendo un “placer extraño” en el cuerpo. Hace poco paseaba con mi perro al lado de la orilla de un río, en el río había algunos patos, cuando de repente vi un grupo de jóvenes sobre el puente del río con una enorme piedra para lanzarla sobre un pato que se encontraba debajo del mismo puente. ¿Por qué hacen esto? ¿Qué les impulsa a sentir placer y diversión en reventar a un pato? ¿Qué les ha hecho ese pato para tomar tal venganza y juicio de muerte contra él? Naturalmente intervine con todo mi coraje y fuerza y me dirigí a ellos dando gritos desesperados prohibiéndoles lanzar la piedra a ese pobre pato inocente. Mi Mastín Leonés pareció haber entendido la acción y se puso a ladrar y a correr hacia ellos arrastrándome a mí de la cadena con sus 90 Kg. Estos jóvenes salieron corriendo y al pobre pato no le pasó nada a pesar de que dejasen caer la piedra que sostenían entre 2 de ellos.

Muchos creen que en esa edad los niños y jóvenes lo ven como algo inocente, que luego con el pasar de los años, se dejan de hacer, y que no se debería tomar esto tan en serio. Otros opinan que es normal que los niños o jóvenes hagan ciertas "travesuras" (maltratos) con los animales, pero que más tarde cuando se van socializando y aprendiendo a respetar la naturaleza, dejan de hacer este tipo de prácticas violentas con los animales.

¿Qué ocurre con nosotros, los seres humanos, que de tan temprana edad manifestamos ciertos placeres haciendo sufrir, destruyendo, rompiendo, matando o viendo sangre? ¿Por qué tenemos el deseo o placer de matar a un “ser” tan maravillosamente creado por Dios, por la evolución o por la naturaleza? ¿Por qué? Se ha detenido usted a pensar ¿POR QUÉ?

¿Hasta qué punto es real el instinto tanático en nosotros del que habló Sigmung Freud, el padre de la psicoterapia? El decía que en la medida o “cantidad” que más predomine en nosotros uno de estos instintos, así saldrán los resultados. Es decir que si en una persona predomina el instinto del EROS, será un ser humano predominantemente amante de la vida, de tendencia optimista, protector de todo lo viviente, pacifico, enemigo de las guerras y de la muerte inútil o por diversión. No sentirá placer ni alegría en todo aquello que sea destrucción, exterminio, romper, matar y por supuesto, no sentirá ese “cosquilleo misterioso de placer” en su cuerpo al martirizar a un animal…

Por otra parte si en una persona predominase el instinto “Tanático”, según Freud, será un ser humano que siente un cierto placer o “cosquilleo agradable” en destruir, aniquilar, ver matar, provocar peleas, guerras, pesimista, amante de la muerte en general y por supuesto gozará y se divertirá maltratando y matando animales o haciendo toda clase de atrocidades con éstos. Tengo unas fotos de un joven que ocupa un puesto político en Andalucía y aparece en la foto sonriendo mostrando muchos gatos cazados y muertos por él y sus amigos. ¡Qué peligro ese hombre al poder!  

Predominancia de Eros
Predominancia de Eros

Mi deseo es que los seres de mi especie humana “mis hermanos humanos” seamos más “dignamente humanos” ¡que evolucionemos de VERDAD! y dejemos la bestialidad como cosa de nuestro pasado oscuro cuando estábamos “a medio camino en la cadena de la evolución ”. (Si es que venimos de esa teoría llamada evolución, ¿Quién sabe?)

Yo sé que este cambio es casi una ilusión porque se trata de una “un Chip maléfico” que llevamos todos dentro de nuestra alma, quien más, quien menos… Es lo que el cristianismo llama pecado o naturaleza pecaminosa, o lo que los científicos llaman “fallo bioquímico cerebral”, en el Budismo es llamado “La maldad”, en el Hinduismo es el “Karma negativo”, en el Islam es la naturaleza pecaminosa del alma y la influencia de Iblis, otros ven en la reencarnación un camino para ir “puliendo” esa maldad a través de varias reencarnaciones, y así podríamos seguir esta lista descubriendo que todos reconocemos ese “lado” pernicioso y destructivo en nosotros, los seres humanos.    

Esta foto del pobre toro muriendo y la alegría que siente su verdugo, revela para mí esta realidad destructiva, mala o pecaminosa que llevamos dentro de nuestra alma y que debemos ser conscientes de esta influencia aniquiladora para combatirla en nosotros y no dejarla actuar en nuestras vidas. Es decir, aprender a reconocer que ciertos instintos o deseos como el sentir placer al ver apedrear un gato o tomar parte activa en esta destructividad, o tirar una cabra desde un campanario o matar un toro con lanzas en nombre de unas fiestas macabras, con un largo etc… etc…. etc… se trata de impulsos o deseos que pueden surgir del “lado malo” de nuestro cerebro o de las profundidades del alma. Es aprender a decirle ¡¡¡NO!!! a esos instintos. ¡No te dejaré actuar más dentro de mi! No es fácil, es como si alguien decide dejar de fumar, tendrá una guerra consigo mismo, es un combate entre tentaciones que te dicen “fuma, sólo uno… venga no pasa nada…” y la otra voz que tú le dice ¡¡¡NOOOO!!!! He decidido no fumar más!!!!

¡Busquemos cambiar o minimizar el chip necrófilo! Yo también en mi pasado reaccionaba a veces según ese “Chip Malo” que llevamos dentro. Yo no soy de otro planeta, ni soy nada especial, soy un ser humano como todos y aunque no soy un verdugo en la Plaza de las Torturas, ni me gozo viendo sufrir, maltratar y ver sangre, también he cometido muchos errores… A veces el “Chip Malo” me influenció a realizar acciones de las que hoy me avergüenzo hasta la muerte. Yo también fui una vez a una “Plaza de Torturas” (de toros) hace más de 20 años, y me di cuenta que de lo profundo de mi alma surgía una curiosidad por la tortura, la sangre y la muerte que le practicaba el verdugo a ese pobre animal… Noté misteriosamente que subía algo que estaba adormecido en lo profundo de mi alma, como una mezcla de sentimientos de curiosidad y placer, ¡Que horrible! ¡Pero al final he conseguido cambiar el chip! Y hoy en día soy el enemigo público nº 1, en contra de todas estas atrocidades que se hacen con estos seres vivientes, sean personas o animales… Pero en esta defensa no podemos ir “más allá” o ser radicales porque no nos conviene terminar en una cárcel…

Conrado, Director de Luposan-España